El paciente paliativo basa su seguridad y confianza en su familia tanto durante su largo trayecto de enfermedad como en su final de vida. Es imprescindible hacer partícipe a sus familiares como instrumento terapéutico, este proceso necesitara asistencia, apoyo y capacitación a través de la comunicación terapéutica por parte del equipo multidisciplinar que proporciona cuidados paliativos de soporte, equipo coordinado, preparado, solidario, tolerante y capaz de hacer frente al difícil y duro clima del trabajo continuo en circunstancias de alto estrés y sufrimiento ajeno y propio.
Para fomentar el proceso de la comunicación asertiva en el marco de brindar un adecuado cuidado holístico, humanizado la asistencia a la familia y al paciente al final de su vida, los profesionales deben adquirir un conocimiento y una capacitación en la dinámica de la comunicación intrapersonal (conocimiento de sí mismo y de su propia capacidad) e interpersonal (entender y comprender al otro en sus necesidades)
Es vital, ser conscientes de la existencia de este intenso clima emocional que rodea la labor diaria en situaciones de final de vida. Una puerta siempre abierta a la comunicación y a la expresión de sentimientos propios y ajenos, junto con la observación atenta de las necesidades de cada familia y la dotación de recursos, es la base para el trabajo en este ámbito.
En el trabajo diario con las familias que enfrentan el final de la vida en uno de sus miembros, los elementos centrales a abordar serán:
- La comunicación positiva y asertiva
- El autocontrol
- La resolución de problemas específicos
Los profesionales intentarán junto con la familia, ayudar a:
- Detectar y cubrir sus necesidades
- Detectar, seleccionar y facilitar el aumento de sus recursos
- Aliviar sus miedos, amenazas, pérdidas y sobrecargas
- Regular sus expectativas y con ello tratar de disminuir sus frustraciones
Hay que considerar que el mejor camino para mantenerse informado y saber dónde, cuándo y cómo debemos actuar, será observar, preguntar y escuchar a las personas implicadas.
En este sentido, se considera prioritario la consecución de objetivos terapéuticos en final de vida:
- Manejo y expresión de los propios sentimientos.
- Establecimiento de canales efectivos de comunicación entre los binomios familia-paciente, paciente-equipo, familia-equipo, familiares…
- Entrenamiento y participación en las tareas y decisiones de cuidado.
- Contribuir al desarrollo adecuado de cada uno de los miembros de la familia.
- Contribuir a crear un significado/sentido a sus experiencias, que les ayude a lo largo de todo el proceso.
- Ayudar a decir adiós y a la elaboración de duelos saludables.
El sufrimiento de quien muere puede ser aminorado por sus familiares que cuidan y le acompañan, simplemente con la forma de mirarle, con la forma de estar, por sus gestos llenos de respeto y ternura. El proceso de muerte no se puede estancar en el tiempo, es un pasaje obligatorio, por eso cuidar de alguien que parte, es ayudarlo en esa travesía, acompañándolo hasta el umbral de la puerta, sabiendo decirle adiós.
Bibliografía
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